
G: Gastronomía, Gueto, GPS
Una arepera en el exilio tiene una vocación de amalgama: junta, arropa, relaciona. No es el lugar, sino lo que ahí se despliega: la sensación de lo propio. La gastronomía es un recordatorio de la experiencia de tener un lugar. Ese poder de lo reconocible.


F: Familia, Fiesta, Frontera, Fuga de Cerebros
El exilio recompone los parentescos. Fortalece nuevos vínculos sin los lazos de la sangre. Amistades que jamás se hubieran juntado en el país de origen, de pronto adquieren un sentido nuevo en el centro de la ajenidad. El desarraigo inventa otras raíces.


El dedo que jala el gatillo
Los migrantes son delincuentes y merecen castigo: esa es la idea que jala el gatillo. Detrás de las armas hay un ciudadano honorable que piensa: qué estamos dejando entrar a nuestro país, qué sujeto peligroso se colará para acabar con nuestra calma –que es igual a decir ideal de grandeza nacional, que es igual a decir ideal de pureza étnica–.


Los trenes, las muertes, las bestias
Señor, ayúdame. Nuestro camino es una cacería sangrienta. Nuestra sangre cubre las tierras mexicanas. Nuestro destino, un secuestro y dolor para nuestras familias. Ernesto y Vicente. Canción[1] Mercaderías humanas: cuerpos


Vecinos Residencias Las Clavellinas
Un grupo de whatsapp de vecinos. Un día cualquiera, una convocatoria a asamblea nocturna. De pronto, una vecina es poseída por un demonio… o un espíritu jodedor.


No son iguales los ciegos que a los que no dejan ver
Nos quitaban la luz cuatro veces por semana, entre tres y cinco horas a partir de las siete de la noche. Nos íbamos acostumbrando, como aceptando la oscuridad a medida
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