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Fui otro, muchas veces. Amé con estridencia y me hice hiel, demonio, salvajismo. Pero regresé limpio, ligero, sin piedras en las uñas ni sangre en los zapatos. No dejé hijos ni secretos en los senderos. A todos esos hombres los borré. Solo quedó este, dócil, leal, para la reverencia.