… de su estruendoso sonido
da prueba mi voz
de su fuerza ingente
mi corpóreo resistir…
Natividad Barroso
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En la voz de Norys Saavedra se conjugan lo arcaico y lo rural bajo un matiz natural de sensualidad. Es una poesía lírica, sonora, con variaciones sintácticas que le dan un aire de experimentación. Las reminiscencias del campo, de los animales, de la familia, del cuerpo que se agota y se restituye, hacen de esta una poesía de elementos, de sabores que van mezclándose entre el ímpetu y la negación.
Dilata la piel para que salga/la espina que tengo de volar a ras/de las arcillas, dirá Norys para convertir en palabra todo lo que subyace como paisaje, forma y tradición. Memoria que se traza a partir de lo íntimo y lo territorial, que no disimula el arraigo, sino que labra el poema sobre él y hace estallar esa fértil correspondencia de tierras-hombres-verdades.
En su obra lo femenino es matiz determinante porque desde ahí se edifica el testimonio. Desde ahí se vislumbra el manantial, la sangre, el fogón, el cocuy, las manos, todo lo que establece una realidad inédita, cercana y ancestral a la vez. No es lícito pretender de ella otro tono: toda su dicción es memoriosa, originaria, recóndita: Sin calentarme los pezones fríos/desde el toque de cuernos/de esa muerte sin día/en madrugada.
Norys Saavedra está siempre exhortando, alzando su verso en un imperativo que se desnuda y soporta el erotismo, el cuerpo del otro, los recuerdos, el dolor. Su poesía permanece entre la resistencia y la fuga, y todo pareciera agarrarlo para escapársele luego de las manos. Como si nombrara el mundo para abandonarlo después, como si lo concibiera solo para hacerlo innombrable, en un ejercicio incansablemente femenino y seductor.
Zakarías Zafra Fernández
Este el prólogo a la selección que hice de la poesía de Norys Saavedra para la 7ma Temporada del Stand Up Poetry de Inspirulina. Entra acá para leerlo en su contexto original, así como los diez poemas que conforman la publicación.