Dibuja un cuerpo sobre otro. Miéntele y pásale por debajo. Dile que en esa posición la verdad no alumbra.
~
En la última habitación estamos nosotros. La lámpara ilumina con pánico lo poco que sabemos. No mires, ya todos salieron.
~
Distrae la angustia, conviértela en perro, en llave, en sombra.
~
Llámale casa, augurio, cenicero, pero apúrate a borrar el epitafio.
~
La luz cae primero. Es necesario distraerse. Las sábanas se revelan por nosotros.
~
Entra temprano y por debajo. No defraudes ninguna rigidez.
~
Reconstrúyeme con calmas, con tensiones, con desplazamientos. Algo de mí sobrevivirá la grieta.
~
Silencia el porvenir de esta casa. Urgen las respuestas.
~
Divídete, regresa, remedia esta obsesión por el aullido. Yo prometo echar a todos los demonios del habla. Haré caso.
~
La noche no querrá conservar la afonía.Me pierdo sin dejar rastros, voy dejando un habla en el poema.
~